viernes, 30 de julio de 2010

Empecemos

El primer trabajo que realizamos en este curso fue el "Análisis del programa". Donde en parejas teníamos varias opciones para realizar este análisis, estas podían ser un: Instrumento de tipo gráfico (como un mapa conceptual, por ejemplo), cuestionario, entrevista semiestructurada o un ensayo. Mi compañera -Catalina Correa- y yo, preferimos realizar un ensayo acerca de este tema, el que paso a mostrar ahora mismo.



ANALISIS DEL PROGRAMA

INTRODUCCIÓN


Para introducir el curso, hemos sido requeridos para realizar un análisis del programa del ramo, donde existen variadas unidades y contenidos para ver durante el semestre o periodo que dure el ramo. Como grupo hemos elegido para este taller la Unidad Nº 4 de los contenidos requeridos para el ramo de Evaluación Educacional y para su análisis hemos decidido hacerlo en forma de ensayo. Pero primero deberemos plantear qué es un ensayo, este es:
“La palabra ensayo, proviene del latín, exagium. Lo que quiere decir, pesar algo. Y eso es justamente lo que hace un ensayo. Ya que todo ensayo, trata sobre un tema en particular. El cual, puede ser elegido, de la manera más libre que se desee.[1]
Además, “la idea en un ensayo, es poder demostrar, lo que se desea expresar. Para ello, hay que utilizar un pensar, guiado por la razón crítica. Con lo cual, lo cognitivo, ocupa un lugar fundamental. . Poder contestar de manera inmediata, cualquier tipo refutación, que se quiera hacer frente a lo que estamos exponiendo. Aparte de usar la creatividad, al momento de escribir. Por lo mismo, el ensayo, es un trabajo netamente intelectual. Se trabaja con lo cognitivo, las ideas y su posterior desarrollo. Asimismo, en cualquier ensayo, es importante apoyarse y comprobar nuestras ideas, por medio de una buena bibliografía.”[2]

A lo largo de este ensayo plantearemos una pregunta y daremos argumentos para defender nuestro punto de vista y así destacar los principales conceptos y su relación con el tópico de la asignatura, la evaluación. La unidad elegida es la siguiente:


UNIDAD Nº 4: “El componente ético y las responsabilidades del educador en el proceso evaluativo”
§             El componente ético de la evaluación.
§             El concepto de poder en el proceso evaluativo.
§             Las otras tareas de un evaluador: la meta-evaluación y la autoevaluación.

Como podemos apreciar, hay tres conceptos claves dentro de la unidad, los que son “el componente ético de la evaluación”, es decir, la función que cumple la ética dentro del proceso enseñanza-aprendizaje y en la evaluación de este proceso. El segundo concepto es “el concepto de poder en el proceso evaluativo”, lo que nos hace reflexionar acerca de quién realmente tiene el poder dentro del aula, el profesor o los alumnos, y como este poder o mandato se utiliza de una buena forma o no, además veremos algunos problemas existentes hoy en día relacionados con este tópico. El ultimo contenido de la unidad analizada es “las otras tareas de un evaluador: la meta-evaluación y la autoevaluación”, sabemos que aparte de la función del profesor de enseñar a los estudiantes y evaluar lo que se da por aprendido, también existen estos dos conceptos con los que se supone debe trabajar un profesor al enseñar a un curso o al estudiantado en general, que son estos procesos evaluativos en que se evalúa la evaluación de lo enseñado y la autoevaluación del profesor, ¿el cómo lo hice?, el ¿fue fructífero?, el ¿lo estoy haciendo bien?. Veremos entonces como todos estos conceptos están directamente relacionados con la Evaluación y la relación entre un docente y sus dicentes.



DESARROLLO

Primero que todo debemos plantear la pregunta, por lo que al observar los conceptos de la Unidad, hemos llegado a la siguiente interrogante:

¿Qué es el poder y quién lo posee, dentro del aula?

Primero que todo, definamos lo que creemos por poder dentro del aula.
El poder es el Tener expedita la facultad o potencia de hacer algo”, según la RAE y que nos dice que el poder es la facultad sobre alguien.
Conocemos gracias a lo que hemos vivido a lo largo de toda nuestra vida estudiantil, que quien supuestamente tiene el poder dentro de una sala de clases es el profesor o profesora; él o ella es quien manda, ordena y evalúa a sus alumnos con el fin de enseñar de la manera mas correcta y responsable, por supuesto, esto es así y ha sido así desde el principio de la pedagogía, y lo sigue siendo. Pero vale decir que este poder se refiere a un conjunto de reglas planteadas por la sociedad de respeto y responsabilidad entre los educadores y los educandos. El profesor tiene el poder de evaluar, donde hace el papel de juez decidiendo si es que sus alumnos han alcanzado el conocimiento suficiente y necesario planteado como conceptos mínimos obligatorios por el curriculum (su guía) y además, las aptitudes de los alumnos hacia el conocimiento que él mismo ha brindado, o los ha guiado hacia el saber.
Este poder que el docente tiene sobre sus alumnos al momento de evaluar tiene que ir fuertemente ligado al concepto de ética, que es un “conjunto de normas morales que rigen la conducta humana”, según la RAE, lo que implica que el profesor debe atenerse a este conjunto de normas y tratar de desempeñar sus funciones (especialmente evaluativas) de una manera justa y leal para con sus alumnos y para consigo mismo. La ética debe estar siempre dentro del actuar del profesor al evaluar, éste tiene que mantenerse siempre objetivo e imparcial y así la evaluación del proceso enseñanza-aprendizaje se desarrolle de la manera mas fluida y correcta, como se debe.
Además de esta tarea de evaluar justamente si es efectivo el aprendizaje de sus alumnos, también es una función del profesor la meta-evaluación, que es “aquella investigación sistemática cuyo objetivo es emitir un juicio acerca de la calidad o los méritos de una evaluación. La evaluación se convierte, de esta forma, en el objeto de estudio del meta-evaluador”[3]. Entendemos por esto, que el profesor debe analizar su forma de evaluar, decidir si es justa o no, y realizar cambios si es que es necesario, si es que es considerado injusto, ineficaz o poco ético. Otra función del evaluador, es la autoevaluación. Éste debe analizarse a si mismo, su actuar, el cómo ha desempeñado sus funciones como educador y evaluador del proceso de E-A, y aquí también actúa directamente la ética, el profesor debe ser siempre justo al decidir si ha hecho un buen trabajo cuando enseña y evalúa, y realizar los cambios debidos si es que ha cometido algunos errores en su actuar. Debe analizarse a sí mismo, su trabajo y buscar siempre formas de tener un mejor desempeño y así siempre tratar de alcanzar su principal cometido de formar a personas de forma justa y ética.

Para concluir, podemos decir que los contenidos que hemos visto a lo largo de este ensayo, están intrínsicamente relacionados en nuestro actuar como futuros profesores y evaluadores, debemos siempre tener la ética en mente para saber utilizar bien el poder que tenemos dentro de la sala de clases y al momento de evaluar, y no cometer abusos de poder y conductas antiéticas, como sería ser poco objetivo, parcial y poco profesional además, ya que uno al momento de ser profesor, debe actuar como tal, a sabiendas de todas sus funciones.
Esperemos que lo que acabamos de ver sea real en el actuar educativo y evaluativo de todos los profesores, aunque a decir verdad, lo dudamos, por algo existen tantos problemas en la educación hoy en día en nuestro país. Pero deseamos profundamente haber aprendido de esta experiencia y así ocupar todo esto mas adelante, cuando seamos educadores y desempeñemos funciones evaluativas.



CONCLUSIÓN


A través de este ensayo, en que vimos el concepto de “poder” en la evaluación, nos hemos dado cuenta de la finalidad del agente evaluador dentro del proceso evaluativo y educativo. Es algo variable, debido a la subjetividad e individualidad en la toma de decisiones de cada persona, ya que todos somos diferentes, pensamos y actuamos de diversas maneras. Pero, ahí es donde el concepto de ética actúa. Como profesionales de la educación debemos tener claro lo que es la ética y utilizarla como instrumento en nuestro diario actuar, y especialmente en los procesos evaluativos.
Sin lugar a dudas, hemos aprendido de este trabajo. Y sinceramente, pretendemos usar nuestro aprendizaje en nuestro futuro laboral como profesores y evaluadores de aprendizaje, ya que pretendemos ser suficientemente concientes y claros que nuestro trabajo es por y para los estudiantes.




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